Viajar a Bergen
Famoso por las siete montañas que rodean la ciudad
Viajar a Bergen es imprescindible si vas a Noruega. Bergen, conocida como la ciudad de las 7 montañas, es también la puerta de entrada a los fiordos de Noruega. La ciudad fue fundada hace 900 años y sus orígenes están vinculados a la Edad Vikinga.
Fue una de las principales bases de la Liga Hanseática, y un importante centro de comercio entre Noruega y el resto de Europa. El muelle hanseático es el remanente más claro de esa época, y muchos de los restaurantes, tiendas de artesanía local y museos históricos de la ciudad se encuentran en esta zona.
Bergen es una de las ciudades más importantes de Noruega. Es la segunda mayor ciudad del país, con más de 275.000 habitantes, sin embargo, tiene las dimensiones perfectas para recorrerla a pie. También dicen que es la más bonita, y lo cierto es que no es de extrañar.
A Bergen, como ya hemos comentado, se le denomina también la «ciudad de las 7 montañas«. La primera vez que se refirieron a ella de esta forma fue en el siglo XVIII, cuando el escritor Ludvig Holberg quiso rememorar Roma y sus siete colinas. Debido a las abundantes precipitaciones que tiene a lo largo del año, Bergen también es conocida como «la ciudad de la lluvia» o incluso «la Seattle de Europa».
A nivel turístico, Bergen es considerada la puerta de entrada a los famosísimos fiordos noruegos. La ciudad se erige entre islas, montañas y brazos de mar, lo que la sitúa en un enclave privilegiado.
«La ciudad fue fundada hace 900 años y sus orígenes están vinculados a la Edad Vikinga»
¿Qué no debes perderte al viajar a Bergen?
Las vistas de la ciudad desde lo alto
Viajar a Bergen te sorprenderá, la ciudad de Bergen es preciosa, y recorrer sus calles te enamorará, pero verla desde lo alto es algo que no debes perderte en tu paso por la ciudad. Además de Bergen, si visitas noruega tampoco debes olvidar viajar a Lofoten.
El monte Fløyen
El monte Fløyen es una de las 7 montañas que rodean el centro de Bergen y, sin duda, también es la más visitada. Su mirador está a 320 metros de altura y la panorámica es impresionante. Puedes subir en el funicular o bien hacer una excursión a pie hasta llegar al destino (no te llevará más de una hora). Este mirador privilegiado es el que tiene un acceso más rápido desde el centro de la ciudad, por eso es también el más conocido. Si las excursiones no son tu fuerte, pero aún así quieres disfrutar en la medida de lo posible la naturaleza que este mirador pone a tu alcance, te recomendamos que hagas el viaje de subida en el funicular y que después bajes hasta la ciudad andando. El camino está muy bien señalizado y el terreno no es complicado, te resultará sencillo hacerlo. Otra opción es hacer una de las diferentes rutas de senderismo que te llevan hasta más arriba en la montaña, con vistas a todo el entorno e incluso a lagos.
Los tickets para el funicular del monte Fløyen se pueden adquirir por internet (y enseñarlos con el móvil a la hora de utilizarlo) o allí mismo. Nosotros te recomendamos que los compres por internet y que intentes hacer esta actividad a primera hora, ya que si no es posible que te topes con colas interminables de cruceristas.
El monte Ulriken
Si en el monte Fløyen el funicular te lleva hasta el mirador, en el monte Ulriken podrás llegar hasta la cima, a 643 metros, gracias a su teleférico.
El trayecto dura tan solo 7 minutos y las vistas que contemplarás no te dejarán indiferente. Son distintas a las del monte Fløyen, ya que aquí estarás al doble de altura. Los edificios de la ciudad te costarán más de identificar, pero tendrás una visión más amplia de todo el entorno de Bergen, sin duda muy recomendable. Una vez allí, podrás decidir si simplemente quieres ver las vistas y volver a la ciudad, hacer una excursión por la zona para seguir disfrutando de preciosos paisajes o disfrutar de una comida en el restaurante SkySkraperen con unas fantásticas vistas de fondo.
El barrio de Bryggen
Bryggen es, sin duda, el barrio imprescindible que visitar en Bergen, por algo es Patrimonio de la Humanidad desde 1979. Se trata de un barrio antiguo y pintoresco junto al muelle de la ciudad compuesto por 62 casas de madera de lo más coloridas. No son las casas originales, ya que por desgracia la zona ha sufrido varios incendios a lo largo de los años, pero son fieles reproducciones de las casitas donde residían y trabajaban los comerciantes de la Liga Hanseática durante el siglo XIV y el siglo XIX. La Liga Hanseática era una federación de comerciantes alemanes que tenían controladas localidades de su interés por motivos defensivos o comerciales, y Bergen era una de ellas. Caminar por las calles del barrio te transportará unos siglos atrás.
Museo de Bryggen
Es un museo pequeño pero curioso si te interesa descubrir los orígenes de la ciudad. En este museo podrás ver los cimientos más antiguos de Bergen, y es que tras un gran incendio en 1955, se realizaron excavaciones que sacaron a la luz una gran cantidad de objetos que proporcionaron una visión clara de cómo funcionaba el comercio, el transporte, la artesanía y la vida cotidiana de los habitantes de la Bergen medieval. De hecho, el museo se asienta sobre los vestigios del primer asentamiento en Bryggen, lo que te permitirá vivir una experiencia muy interesante en lo que se refiere a la historia de Bergen. También podrás ver, entre otras cosas, una reproducción de un barco vikingo.
Museo Hanseático
En el museo Hanseático podrás ver cómo trabajaban y vivían los comerciantes alemanes de la Liga Hanseática. Caminarás por una edificación de 1704, la única casa de Bryggen que conserva su interior original. En él encontrarás 3 plantas en las que se distribuyen un almacén en el que se guardaba el bacalao seco, la oficina del capataz, dormitorios diminutos, talleres, una cocina, etc.
La Iglesia de Santa María
La iglesia de Santa María se encuentra en este barrio, y es el edificio más antiguo de la ciudad de Bergen. Además, fue la iglesia que utilizaron los hanseáticos hasta 1766. Es una iglesia románica, y destacan sus dos torres con capiteles piramidales, el pórtico meridional y un retablo del siglo XV, que está considerado uno de los más bonitos de toda Noruega.
El Mercado de Pescado
Bergen ya tenía un mercado de pescado en el siglo XIII, aunque, por supuesto, en aquellos tiempos el mercado no era tan espectacular como lo es ahora. En él encontrarás el mejor pescado fresco. Te perderás entre tanta variedad del famoso salmón noruego, su calidad está asegurada. También podrás encontrar el popular cangrejo real o curiosidades propias del país, como la carne de ballena. Además, encontrarás pescados envasados para que te los puedas llevar como recuerdo gastronómico. Podrás comer platos preparados o elegir el pescado que quieras comer para que te lo preparen al momento. Muchos de los trabajadores de este mercado son españoles, así que la compra os resultará mucho más sencilla.
La casa-museo de Edvard Grieg
Edvard Grieg fue un compositor y pianista nacido en Bergen en 1843, y es considerado uno de los principales representantes del romanticismo musical. A 10 kilómetros de la ciudad de Bergen, podrás visitar la villa en la que vivió el compositor, hoy convertida en museo. La casa data del siglo XIX y junto a ella podrás disfrutar de un paraje natural excepcional, con una pequeña cabaña con vistas al lago Nordasque el compositor utilizó expresamente para componer su música.
El Handargerfjord (Fiordo Hardanger)
Se trata del segundo fiordo más grande de noruega, tiene una longitud de 179 kilómetros con una profundidad de hasta 800 metros. Empieza al sur de Bergen y se puede visitar en crucero. También puedes optar por hacerte con un coche de alquiler y recorrer una carretera turística especialmente pensada para visitar todos los atractivos que rodean el fiordo, la Carretera Turística Nacional de Hardanger. En el camino podrás encontrar cascadas e incluso glaciares.
Trolltunga (Lengua de Troll)
Si eres un amante del senderismo, te animamos a realizar la subida al Trolltunga, un desafío que te llevará 10 horas (entre subida y bajada). El recorrido es de 22 kilómetros y te enfrentarás a 700 metros de desnivel, pero es, sin duda, una de las rutas más espectaculares de toda Noruega. Cuando llegues a tu destino, te encontrarás con un pedazo de roca que sobresale horizontalmente de la montaña, a unos 1.000 metros sobre el nivel del mar y a unos 700 metros sobre el lago Ringedalsvatnet. Las sensaciones y las vistas son simplemente impresionantes. Si te animas, te aconsejamos alojarte en Odda, donde podrás coger un autobús que te llevará hasta el principio de la ruta. La temporada de ascensión es del 15 de junio al 15 de septiembre, fuera de esas fechas se recomienda ir con guía. Sin embargo, por las difíciles condiciones meteorológicas, del 16 de octubre al 18 de marzo no podrás subir salvo si eres un experto, en cualquier caso, infórmate antes de ir.
Viajar a Bergen es una Gran Experiencia
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