Viajar a Stavanger
La cuarta ciudad más grande de Noruega
Es la cuarta ciudad más grande de Noruega y es conocida como la capital del petróleo por su importancia en la exploración de petróleo en el Mar del Norte desde la década de 1970, capital de la cultura y la gastronomía, famosa por su arte callejero … es una acogedora ciudad con mucho que ofrecer. Calles adoquinadas, una catedral de casi 900 años de antigüedad, «Fargegaten» (la calle colorida), y un casco antiguo con el asentamiento de casas de madera mejor conservado de Europa, que incluye más de 170 casas, muchas de las cuales datan del s. XVIII.
En 2008 Stavanger fue designada Capital Europea de la Cultura, lo que refleja la gran variedad de eventos culturales y actividades en la región.
«Capital de la cultura y la gastronomía, famosa por su arte callejero… es además una ciudad universitaria, lo que queda reflejado en el ambiente animado y urbano de la ciudad«
QUÉ NO DEBES PERDERTE AL VIAJAR A STAVANGER
La visita al Preikestolen (El Púlpito)
Preikestolen es una formación rocosa a 604 metros sobre el fiordo Lysefjord. Las vistas desde El Púlpito son espectaculares, de ahí que reciba más de 200.000 visitantes cada año. Este mirador natural te asoma a la belleza abrumadora de tener un fiordo a tus pies, rodeado de montañas y con la sensación de estar suspendido en el aire.
La mejor forma de llegar hasta él es partiendo desde Stavanger, donde podrás optar por una excursión organizada que incluye un crucero por el fiordo o hacerlo por libre. Si quieres disfrutar de esta maravilla sin masificaciones y desde un punto de vista poco habitual, también puedes contratar un vuelo en helicóptero. Puedes encontrar toda la información sobre El Púlpito aquí.
El Museo del Petróleo de Stavanger
Quizás aún no lo sepas, pero Noruega pasó de ser uno de los países más pobres de Europa a ser uno de los más ricos gracias a que en el año 1969 se descubrieron grandes pozos de petróleo. En el Museo noruego del Petróleo podrás descubrir todos los datos y curiosidades de cómo Noruega ha llegado al nivel de vida en el que se encuentra ahora. Aunque a priori pueda parecer un museo aburrido, te aseguramos que cuando lo visites sentirás todo lo contrario. Sus atracciones son interactivas, lo que te hará interesarte aún más por lo que te muestran y te será más fácil de recordar en el tiempo. Experimentarás todo lo imaginable sobre el petróleo, el gas y sus derivados. Además, su exterior es uno de los iconos más reconocibles de la ciudad, ya que se trata de un edificio de líneas rectas y aspecto futurista que no deja a nadie indiferente. La historia noruega del petróleo te sorprenderá, no te la puedes perder.
La Ciudad Vieja o Gamle Stavanger
Sin duda, uno de los imprescindibles en tu visita a Stavanger es recorrer el casco antiguo de la ciudad ya que no te llevará mucho tiempo porque su tamaño no es muy grande, pero pasear por sus calles adoquinadas y rodearte del encanto que tienen las 170 casas blancas de madera que lo componen te transportará a otro mundo y otra época. Esta pintoresca e histórica zona es el mayor asentamiento de casas de madera del norte de Europa. La gran mayoría están habitadas y además han sido restauradas, por lo que se encuentran en un muy buen estado de conservación.
La calle Øvre Holmegate (o Fargegaten)
Esta es una zona más conocidas de Stavanger, tanto para los locales como para los turistas. La historia de esta calle peatonal se remonta a la década de lo 90, cuando esa parte del centro de la ciudad se había convertido en una zona en decadencia con negocios cerrados y, en consecuencia, calles vacías. Un peluquero de esa calle, Tom Kjorsvik, tuvo la idea de contratar a un artista para que pintara las casas de color, dándoles un aspecto alegre con el fin de revitalizar la zona. Ese cambio de look animó a los comerciantes a volver a apostar por esos locales abriendo nuevos negocios, incluso se pintaron más casas con el mismo estilo dado el éxito que había tenido. De hecho, ahora se le conoce como el Notting Hill de Stavanger, no sólo por su colorido, sino porque sus calles están repletas de establecimientos de moda, ya sean cafeterías, librerías, tiendas de ropa y decoración… Sin duda, esta es una de las calles más pintorescas que nunca habrás visitado.
La catedral
La catedral de Stavanger fue construida, según la tradición, en el año 1125. El estilo de la iglesia es el anglonormando, y se cree que fue construida por artesanos ingleses. En 1272 la catedral quedó destruida por un incendio, y en su reconstrucción se construyó un nuevo coro de estilo gótico, lo que la convirtió en una iglesia con dos estilos diferenciados, el gótico y el románico. Es la única del país que ha mantenido sus líneas de la Edad Media y que, además, ha estado siempre en uso. Cuando la visites, verás que destaca su púlpito barroco, que data del 1658, ya que está lleno de detalles, así como la pila bautismal gótica, del siglo XIII, y el coro y su moderna vidriera. También te gustará su fachada oriental de estilo gótico, y que se considera la fachada principal debido a su belleza.
El Museo Marítimo Noruego
En el museo marítimo de Stavanger podrás contemplar las exposiciones que muestran dos siglos de historia marítima a lo largo de cientos de maquetas de barcos, pinturas y otros objetos. Además, también podrás caminar por una reproducción de una tienda del siglo XX, un taller de fabricación de velas y la casa de un comerciante.
Recorrer el Lysefjord
El fiordo de Lyse o Lysefjord es un fiordo que se encuentra en el mar del Norte, al este de la región de Stavanger. Fue tallado por la acción de los glaciares en la Edad de Hielo, y quedó inundado cuando los últimos glaciares se retiraron. La mejor forma de verlo en todo su esplendor es a bordo de un crucero, que por lo general te irá avisando cuando pases por uno de los muchos atractivos que se pueden observar en él. El Púlpito (Preikestolen), la meseta de Kjerag con su famosa roca redonda atrapada en una grieta y suspendida en equilibro sobre el precipicio, cascadas, flora, fauna y una geología y paisajes espectaculares. No te puedes ir de Stavanger sin realizar este tour con alguna de las compañías que se ofertan.
El arte urbano
La prestigiosa National Geographic define Stavanger como un estudio al aire libre, ya que en sus calles se pueden encontrar cientos de obras de arte creadas por artistas. Los muros de la ciudad están decorados por protestas políticas y sociales, graffitis, comics y otras muchas obras que lo hacen uno de los lugares de interés más importantes de la región. Durante los meses de septiembre y octubre se celebra el Nuart, el festival de arte urbano más grande del mundo. En ese espacio de tiempo, los murales callejeros se renuevan para que los puedas disfrutar durante todo un año.
Las Tres Espadas
Las Tres Espadas, o lo que es lo mismo Sverd i Fjell, es un monumento que conmemora la batalla vikinga que tuvo lugar en el año 872 en el fiordo de Hafrsfjord, a las afueras de la ciudad. En dicha batalla ganó Harald I de Noruega, que consiguió unir el país en un solo reino. El monumento representa la paz, la unidad y la libertad. Aunque las tres espadas miden 10 metros cada una, hay una de ellas que es queda más alta. Ésta representa la victoria de Harald, y las otras dos representan a los reyes vencidos. Las Tres Espadas, incrustadas en roca sólida al borde de otro de los fiordos noruegos, el fiordo Hafrsfjord, son un monumento que bien merece la pena visitar.
El museo de Conservas
En la parte antigua de Stavanger se puede encontrar un museo en el que verás la historia de la industria conservera de la ciudad, una de las principales actividades económicas más importantes de la ciudad durante más de 70 años. El museo está enclavado en el histórico barrio de Gamle, junto con el resto de casas de madera blancas. Y es que es en esa zona donde años atrás se encontraban los almacenes que se utilizaron como fábricas para la industria conservera. De hecho, se contabilizaban por unos 200 almacenes repartidos a ambos lados del puerto. En ellos, se lavaba y preparaba el pescado para conservarlo correctamente antes de proceder a su exportación. En la actualidad, los antiguos almacenes se han transformado en tiendas, bares o restaurantes, a excepción, claro está del que alberga el museo que os recomendamos visitar. Encontrarás latas de la época, descubrirás los procesos que se utilizaban antaño para realizar el proceso de conservación y muchas otras curiosidades.
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